Algunos argumentos contienen números, porcentajes o estadísticas que se ofrecen solo como evidencia para respaldar la conclusión del argumento. Por ejemplo, un argumento podría afirmar que un determinado evento comunitario es menos popular este año que el año pasado porque solo asistieron 100 personas este año en comparación con 150 el año pasado, una disminución del 33 % en la asistencia.
Es importante recordar que no se le pide que haga una tarea matemática con los números, porcentajes o estadísticas. En cambio, debe evaluarlos como evidencia destinada a respaldar la conclusión. En el ejemplo anterior, la conclusión es que un evento comunitario se ha vuelto menos popular. Debe preguntarse: “¿La diferencia entre 100 personas y 150 personas apoya esa conclusión?” En este caso, hay otras explicaciones posibles, p. ej., el clima podría haber sido mucho peor este año, el evento de este año podría haberse realizado en un momento inconveniente, etc.
Cualquiera de estos podría explicar la diferencia en la asistencia y debilitar la conclusión de que el evento fue “menos popular”. De manera similar, los porcentajes podrían respaldar o debilitar una conclusión según los números reales que representan los porcentajes. Considere la afirmación de que el club de drama en una escuela merece más financiamiento porque su membresía ha aumentado en un 100 %. Este aumento del 100 % podría ser significativo si hubiera habido 100 miembros y ahora hubiera 200 miembros, mientras que el aumento sería mucho menos significativo si hubiera habido cinco miembros y ahora hubiera 10.
Recuerde que cualquier número, porcentaje o estadística en las tareas de argumento se utiliza solo como evidencia para respaldar una conclusión, y siempre debe considerar si realmente respaldan la conclusión.